Itálica, hoy llamada Santiponce, a nueve Km al noroestes de
Sevilla, es la fundación romana más antigua de la Península Ibérica. El primer
asentamiento data, según Apiano de fines del siglo III a.C. cuando al terminar
la Segunda Guerra Púnica, Escipión reparte entre sus hombres algunas tierras en
el valle del Betis. Con esta ocasión funda un pequño asentamiento para sus
veteranos (vicus civium romanorum) al que llamaría Itálica en recuerdo del
origen de aquellos primeros colonos.
Comprendía la Itálica primitiva un par de pequeñas colinas junto
al Gualquivir, que se denominan actualmente Cerro de San Antonio y Cerro de los
Palacios. Ambas alturas fueron ocupadas después por los vecinos de la moderna
población de Santiponce, quienes se asientan allí desde fines del siglo XVIII.
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En sus orígenes la ciudad tiene el carácter de un establecimiento
militar ubicado en las proximidades de Beturia, una región que se extendía hasta
el río Guadiana y que ofreció durante algún tiempo un serio peligro a la
ocupación romana. Este carácter militar lo mantuvo la ciudad a lo largo de casi
toda su existencia, como lo testimonia los documentos epigráficos de la Legio
VII Gémina y de una Cohorte III Gallorum, entre otros.
También es significativo el hecho de que en Itálica pasan algun
tiempo de suys respectivas carreras militares algunos personajes destacados,
como Marco Ulpio Trajano, padre del emperador, y Cayo Vallio Maximiano, general
que apacigua la Bética, en un momento de peligrosas insurrecciones e invaciones
norteafricanas, a fines del siglo II
d.C. |